De vuelta a la rutina, me siento satisfecha de las hermosas vacaciones que compartimos y también estoy feliz de retomar la incipiente pero funcional rutina, que finalmente estoy acertando a crear.
El área a trabajar es el tiempo a mí misma y el que debo destinar a nutrir mi alma, a proveer el cauce para que mi creatividad fluya libre y gozosa y a cuidarme con mayor atención.
Extrañaba mis tiempos para postear, leer los blogs que disfruto, charlar con mis amigos y hacer arte con mis manos.
Estas dos semanas que pasaron me destrampé y comí tanta pecaminosidad en forma de harinas, azúcares y demás deliciosidades para el paladar pero no tan benéficas para mi organismo, que me siento ansiosa por recuperar mi equilibrio en la alimentación, hidratación y reenergetización.
Cuando me permito caer en esos desajustes, pago la cuota después, me siento culpable y cansada, adolorida, inflamada y HAMBRIENTA de abastecer mi manantial creativo.
Ya lo había logrado por una breve temporada y deseo fervientemente incluir en mi rutina diaria, un lugar para crear, porque cuando no lo hago, simplemente me siento y me porto in-so-por-ta-ble!
Esas desveladas navegando por numerosos blogs en internet, han cambiado y expandido mi visión de la vida y el arte, de mi femineidad, de mi expresión personal. A lo largo de mis treinta años, aprendí que lo que yo creara debía ser bastante bueno para ser mínimamente aceptable y celebrable, cosa que de inicio, da al traste con el desarrollo y la expresión creativa, y con cualquier cosa, de hecho.
Para aprender, hay que estar dispuesta a jugar, a explorar, a equivocarse, a que los productos que hacemos no sean perfectos (lo que sea que eso signifique) y a ensuciarse.
Nada de eso forma parte de mis hábitos, y es una de las razones de que me sienta tan constreñida dentro de mí misma, porque antes de permitir que alguien más critique mis obras, las critico y examino con tal fiereza, que casi ninguna logra salir avante y ver la luz.
En estos blogs que he visto y leído, encuentro inspiración para hacer cualquier cosa que mi alma creativa desee intentar y me siento conmovida por esta inmensa comunidad de mujeres que tratan diariamente de equilibar los roles importantes de su vida, sin menoscabo por el nutrimento de su ser; quiero formar parte de ellas, sentirme hermanada, como nunca antes, con un grupo de mujeres y libre para expresar lo que yo verdaderamente soy, pienso y siento, sin el constante temor a ser juzgada, rechazada o ignorada.
De una u otra forma, me he visto conducida a los lugares que estoy dispuesta a recorrer, encuentro fácilmente aquello que necesito saber, conocer, ver y escuchar, y sobre todo, estoy lista para ser todo aquello que puedo ser en los mejores aspectos de mí misma.
Entiendo que todo crecimiento tiene su proceso lleno de vericuetos, honduras y demás, pero aquí y ahora, hago un compromiso conmigo misma de AMARME con todo lo que implica esa palabra y de hacer lo necesario para estar bien física, emocional, creativa y espiritualmente.
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