lunes, 12 de enero de 2009

Reaprendiendo


¿Ya comenté que estoy leyendo COLD MOUNTAIN?

El libro me está gustando mucho, a pesar de las innumerables palabras cuyo significado desconozco y de la falta de continuidad que llevo porque más que nada lo leo mientras le doy de comer a mi hijo o cuando recién se durmió. Lo estoy disfrutando enormemente y eso me llevó a pensar en por qué me niego a tomar el dicionario para aclarar mis dudas. Y caí en cuenta de que en realidad casi nunca busco en el diccionario la respuesta, en que disfruto leer y releer las veces necesarias la línea o el párrafo que me esté costando trabajo, hasta encontrarle sentido, hasta que resuene como algo completo dentro de mí, sea en español o en inglés.

El leer así, me reconecta con la edad en que eran más las palabras que desconocía que las que entendía, y es muy interesante ver como uno va aprendiendo y aprehendiendo lo que las palabras nombran con ayuda del contexto y con práctica: Leyendo, leyendo, leyendo.

No vayan a creer que ahora soy muy ducha y no se me atora la carreta cuando leo, pero la verdad me pasa poco y el leer este libro que se me dificulta, como me pasó con LAS HORAS, me hace reconsiderar lo que leo. Tengo la disposición de aprender y avanzar en mi muy personal viaje como lectora y comenzar a leer no sólo guiada por el placer de sumergirme en una historia que me cautiva, sino también por el deseo de viajar a través de libros que me reten a pensar y escuchar más, a profundizar dentro del lenguaje y mi entendimiento, a aventurarme en los estilos y las letras a los que anteriormente he evitado y rechazado por la complejidad y dificultad que representan para mí.

Si bien tengo la firme convicción de que leer debe hacerse motivado principalmente por el inmenso deleite que provoca esta actividad, quiero ampliar mi repertorio como lectora y reducir mis prejuicios y éste es el momento para comenzar a hacerlo, ¡Qué emoción!

Voy a dejar de descartar libros tan fácilmente como solía hacerlo y a exigirme más paciencia, apertura y todo aquello que me haga falta para cumplir mi propósito.

Tengo más cosas que contar, pero lo haré más tarde, así que: Hasta luego!


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