viernes, 15 de mayo de 2009

SE HACE EL CAMINO AL ANDAR

Estos días en los que he estado creando sin parar, me he sentido muy bien respecto a mí, mi diálogo interno se ha modificado y ha cambiado de: "Cómo eres mensa, hubieras buscado la receta con tiempo antes de ponerte a hacerla, siempre te pasa lo mismo, además uno de los panes quedó duro y el queso que elegiste no fué el adecuado..." a "Bueno, para ser la primera vez te quedaron muy bien, sabían ricas, solucionaste las cosas con creatividad e intentaste una nueva receta por enésima vez durante este mes. ¡Muy bien!, la siguiente vez podrás poner en práctica lo que aprendiste hoy." Para mí, esto es un gran avance que estoy disfrutando cada día, y me doy cuenta, que el intentar hacer cosas nuevas por pequeñas y simples que sean, me da más confianza de intentar muchas más en diferentes áreas en mi vida. Hoy es una receta, mañana un cuadro, pasado un mail, el año siguiente...¿qué será?
Confieso que hace algunos años, consideraba los libros de superación algo espantosérrimo de lo cual se debía huir, sin embargo, en mis temporadas de crisis emocionales y demás fueron un farito de luz y, aunque en ese momento no sentí beneficio alguno derivado de esas lecturas, ahora, años más tarde, me doy cuenta como de tanto leer, escuchar, ver y pensar las mismas cosas, éstas se van adhiriendo a mis células y formando parte inherente a mí, cambiando mis hábitos y modificando mis actitudes y percepciones.
Tengo personas cercanas y amadas a las que toda mi actitud de vibra positiva, comida sana y no procesada, películas no violentas ni misóginas y música relajante les parecen algo super ñoño y vergonzoso. Antes, me sentía afectada por esos comentarios, pero ahora ya me está empezando a valer sombrilla. Si el cuidar mi mente, cuerpo y espíritu es ñoño, pues sí señoras y señores: SOY ÑOÑA Y QUÉ!
Lo que uno oye, ve, lee, aprende y aprehende, hace toda la diferencia.
Yo estoy en pleno aprendizaje, en la búsqueda de equilibrio, "haciendo camino al andar", atendiendo a mis emociones y reacciones para entender qué es lo que me funciona para estar bien, y qué es de lo que necesito prescindir.
Es emocionante, a veces cansado, pero algo que definitivamente marca un antes y después en mi vida, porque es el principio de mi madurez, el momento en que me suelto de las percepciones ajenas, los caminos ajenos, los gurús, para reencontrar mi propia voz y vivir acorde a ella.
Lo interesante es que todo este reaprendizaje me libera de las limitaciones aprendidas, poco a poquito, me da cosquillitas en el cuerpo, calorcito en el alma, me dan ganas de bailar y bailo, ganas de cantar y canto, grito, aúllo, lo que sienta en ese momento.
Falta soltarle la rienda al llanto, ese llanto fácil que surge ante mil detalles y no reprimirlo por sentirme ridícula, vulnerable o sensiblera, llorar las lágrimas cuando surjan, para que limpien los ojos y el alma y me sienta más ligerita.
Faltan, desde luego, muchísimas cosas, pero estoy en movimiento y eso es lo que importa.
ESTOY AMANDO.

No hay comentarios: