martes, 8 de septiembre de 2009

Lavado de coco

AAAAAAAAAAHHHHHHHHHH!!!!! A punto de terminar el post, quise cambiar una frase y borré todo! Qué frustración!
Hoy es mi quinto día sin champú y el tercero sin antitranspirante. Me siento muy bien. Tengo la satisfacción interna de estar beneficiando a mi cuerpo al dejar de exponerlo a tanto químico dañino. Aprecio el nuevo placer que implica el ritual de hacer té de manzanilla para vertirlo tibio sobre mi cabello. Este pequeño cambio ha sido como la piedrita que arrojada al agua provoca ondas expandiéndose a su alrededor, se ha convertido en algo simbólico, el dejar de oler a florecitas artificiales me confronta con mi animalidad, con mi cuerpo, sus olores, ciclos, lenguajes, pulsos, deseos y funciones.
Las pequeñas cosas se suman y resuenan a una gran escala. Nos desconectamos de nuestro cuerpo, lo evadimos e intentamos negarlo cuando usamos el maquillaje, la ropa o los afeites como una máscara que nos haga sentir aceptables al mundo "civilizado", cuando permitimos que esa sea nuestra carta de presentación, cuando nos moldeamos para encajar en lo establecido (por quiénes, a qué precio y por qué carajos lo permitimos?).
Me parece repugnante y triste a la vez, ver la cantidad de basura que consumimos diariamente al encender la televisión y alimentarnos de tantos modelos irrealizables cuando no ridículos y por demás falsos. De llevar inserta tanta información errónea y manipuladora desde edades tan tempranas, en las que nuestra inocencia nos impedía cuestionar lo que nos decían los mayores, los que saben, los expertos.
Reniego de lo irónico que es que nos lleve toda una vida intentar ser libres, auténticos y recuperar la pureza que trajimos al nacer.
De pronto volteamos y nos damos cuenta de que lo que interpretamos como nuestra voz no es sino el caudal de voces mezcladas que hemos escuchado sin cesar desde que existimos; cómo cuesta y qué fascinante es sumergirse en esa madeja para encontrar el hilo de nuestro ser, el que nos conduce a nuestra esencia y nos reconecta con lo que hay de único en nosotros, sin perder lo que nos une a los demás.
Salvarnos entre la multitud, nombrarnos en nuestro interno y "hacer nuestro camino al andar", ese que nos define, no por su perfección, no por ser especial, sino sólo y especialmente por ser nuestro.
Hay gente que no lo pierde, que va por la vida venciendo opiniones y afrontando los golpes de su intensa tenacidad con el enfoque puesto en el camino delante.
Hay otras que como yo, viajamos en círculos ascendentes recuperando la voz poco a poquito, cíclicamente reconectando con el aletar oculto entre las costillas, con la fuerza que impulsa nuestros cuerpos a respirar cada día, con eso que nos nutre el alma.
Yo decido de cuando en cuando ir liberando a mi mente, mi cuerpo y mis emociones de lo que las constriñe. No quiero aditamentos fabricados a los que asirme en busca de identidad, de falsa seguridad ni de calculada expresión. No quiero las cadenas en mi piel aunque se vistan de glamour, moda o cultura. No quiero medias, fajas, sostenes, tacones, tintes ni máscaras que me incomoden, me limiten y me hagan sentirme parte de una producción en serie.
Eso no significa que esté liberada, pero sí que sigo adelante, creciendo y aprendiendo a escucharme, a liberar mi voz, a reclamar mi espacio y mi derecho a ser yo, con amor.
Y todo por dejar de usar champú!


3 comentarios:

couragetocreatewriteandlove dijo...

OMG!!! yes! yo pienso igualito que tu, me desespera la cantidad de basura que hacemos y las botellas de plastico para el agua es ridiculo! pero aunque sea yo la unica aqui pensando asi yo creo que pequeno pero hago una diferencia, si!!!
abrazos!

Cherry Jeffs dijo...

"Hay otras que como yo, viajamos en círculos ascendentes recuperando la voz poco a poquito, cíclicamente reconectando con el aletar oculto entre las costillas, con la fuerza que impulsa nuestros cuerpos a respirar cada día, con eso que nos nutre el alma."
¡Soy una de estas! Gracias por el vínculo, volveré para profundizarme más :-)

www.familianatural.org dijo...

qué bien!! Y todo por dejar de usar champú, eh!!
"Salvarnos entre la multitud, nombrarnos en nuestro interno y "hacer nuestro camino al andar", ese que nos define, no por su perfección, no por ser especial, sino sólo y especialmente por ser nuestro."
Me encantó!
Un abrazo, Vane!
Lau